En lo más profundo de la selva tropical vivía un tigre llamado Rayas. Rayas era conocido por ser fuerte y audaz, pero lo que muchos no sabían era que, en el fondo, le tenía mucho miedo a la oscuridad. Cada vez que caía la noche, Rayas prefería quedarse en su cueva en lugar de salir a cazar como el resto de los animales. Tenía miedo de lo que pudiera estar acechando en las sombras.
Un día, un mono travieso llamado Tito escuchó a Rayas hablar sobre su miedo a la oscuridad. “¿Un tigre grande y fuerte como tú tiene miedo de la noche?” se burló Tito, saltando de rama en rama.
Rayas, avergonzado, no sabía qué decir. “No es que tenga miedo… solo prefiero la luz,” respondió, tratando de ocultar su vergüenza.
Esa misma noche, mientras Rayas se acurrucaba en su cueva, escuchó un fuerte rugido que resonaba en toda la selva. Los animales comenzaron a murmurar nerviosos: un enorme jaguar había llegado desde otra parte de la selva y estaba causando problemas. Nadie se atrevía a enfrentarlo, ya que era temido por todos los animales.
Al día siguiente, Tito el mono y otros animales se reunieron alrededor de Rayas. “Tú eres el único lo suficientemente fuerte como para enfrentarte al jaguar,” dijeron, suplicando. “¡Por favor, ayúdanos!”
Rayas, aunque todavía tenía miedo, sabía que no podía quedarse de brazos cruzados. “Si el jaguar sigue asustando a todos, nadie estará a salvo,” pensó. A pesar de su miedo a la oscuridad, decidió ser valiente por el bien de sus amigos.
Esa noche, con el corazón latiendo rápido, Rayas salió de su cueva por primera vez en mucho tiempo. La selva estaba oscura, pero las estrellas brillaban en el cielo, dándole un poco de consuelo. Caminó lentamente, con sus ojos atentos, buscando al jaguar.
Finalmente, lo encontró junto a un río, rugiendo y asustando a los animales que bebían agua. Rayas se acercó sigilosamente, aunque su miedo aún lo acompañaba, pero decidió enfrentarlo.
“¡Detente!” rugió Rayas con fuerza, plantándose firme frente al jaguar. “Esta selva es para todos, y no permitiremos que nos asustes más.”
El jaguar, sorprendido por la valentía de Rayas, retrocedió. “No me asustas, pero respeto tu valor,” dijo el jaguar antes de irse, reconociendo que Rayas había defendido su territorio con coraje.
Cuando Rayas regresó al corazón de la selva, todos los animales lo recibieron con vítores y aplausos. “¡Lo hiciste, Rayas! ¡Enfrentaste tu miedo!” gritaban con alegría.
Rayas, aunque aún sentía algo de miedo por la oscuridad, había aprendido algo muy importante esa noche: el verdadero coraje no era la ausencia de miedo, sino la capacidad de enfrentarlo por algo más grande que uno mismo.
Desde entonces, Rayas no solo fue conocido como el tigre fuerte, sino también como el tigre valiente, y cada vez que la oscuridad caía, recordaba que su valentía brillaba más fuerte que cualquier sombra.
Fin.
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Radhe – Autor de Cuentos Cortos
¡Hola! Soy Radhe, el creador de Cuentos Cortos, un espacio donde los cuentos cobran vida y las imaginaciones de los niños pueden volar. Me encanta escribir historias mágicas y divertidas que llenen de alegría a los pequeños lectores. Aquí encontrarás cuentos cortos y de antes de dormir en español, cada uno acompañado de un audiolibro y hermosas ilustraciones.
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