Cuentos de estrellas para niños: La Estrella que Cayó del Cielo

Cuentos de estrellas para niños: La Estrella que Cayó del Cielo

Había una vez, en lo más alto del cielo nocturno, una estrella brillante llamada Estelina. Cada noche, Estelina brillaba intensamente junto a sus amigas estrellas, iluminando el mundo abajo. A Estelina le encantaba observar a los niños que, desde la Tierra, miraban hacia el cielo y pedían deseos al ver una estrella fugaz. Aunque a Estelina le gustaba estar en el cielo, siempre había soñado con saber cómo sería la vida en la Tierra.

 

Un día, mientras jugaba a brillar más fuerte que las otras estrellas, Estelina se acercó demasiado al borde del cielo y, sin querer, comenzó a caer. “¡Oh no!” gritó Estelina mientras descendía a gran velocidad, dejando una estela de luz detrás de ella.

Estelina cayó suavemente en un campo lleno de flores. Al principio, se sintió asustada, pues nunca había estado lejos de sus amigas estrellas ni del cielo nocturno. Sin embargo, pronto escuchó una risa suave. Era una niña llamada Luna, que estaba paseando por el campo.

“¡Mira lo que he encontrado!” exclamó Luna al ver la pequeña estrella en la hierba. “Eres la estrella más bonita que he visto.”

Estelina, sorprendida por la amabilidad de la niña, dijo: “Hola, soy Estelina. Solía vivir en el cielo, pero he caído aquí por accidente. No sé cómo volver.”

Luna sonrió y respondió: “No te preocupes, Estelina. Te ayudaré a encontrar el camino de vuelta. Mientras tanto, puedes quedarte conmigo y explorar la Tierra.”

Durante los días que siguieron, Luna llevó a Estelina a conocer su mundo. Juntas corrieron por campos de flores, vieron el amanecer desde lo alto de una colina, y observaron cómo las olas del mar brillaban bajo la luz del sol. Estelina estaba fascinada por todo lo que veía, pero también extrañaba a sus amigas estrellas y su lugar en el cielo.

Una noche, mientras Luna y Estelina miraban las estrellas desde el campo, Estelina suspiró. “Me encanta estar aquí, pero mi lugar está allá arriba, brillando junto a las otras estrellas.”

Luna, que ya había comenzado a encariñarse con su nueva amiga, sintió un nudo en la garganta. “Entiendo, Estelina. Siempre has sido una estrella, y las estrellas pertenecen al cielo. Pero te echaré mucho de menos.”

En ese momento, una de las estrellas en el cielo, llamada Polaris, que era una de las amigas de Estelina, brilló intensamente. “¡Estelina! Te hemos estado buscando. Sabíamos que caerías a la Tierra y estamos aquí para llevarte de vuelta.”

Con un destello de luz, Polaris envió un rayo brillante que envolvió a Estelina. La estrella comenzó a flotar suavemente hacia el cielo, pero antes de irse, le dijo a Luna: “Gracias por enseñarme las maravillas de la Tierra. Nunca te olvidaré. Siempre que mires al cielo, estaré brillando para ti.”

Luna, con los ojos llenos de lágrimas, sonrió. “Adiós, Estelina. Te estaré esperando cada noche.”

Estelina ascendió al cielo y se colocó nuevamente entre las estrellas. Desde entonces, brilló más intensamente que nunca, sabiendo que tenía una amiga especial en la Tierra que la miraba todas las noches.

Y así, cada vez que Luna miraba al cielo, encontraba a Estelina, quien siempre brillaba un poco más fuerte para recordarle su amistad.

Fin.

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