Relatos fantásticos que mantendrán a los niños atentos
En un pequeño y colorido pueblo rodeado de bosques y montañas, vivía un niño llamado Mateo. Mateo no era un niño común, él tenía un gran secreto: ¡su imaginación era tan poderosa que podía crear mundos enteros con solo cerrar los ojos!
Cada noche, después de cenar, Mateo se sentaba junto a su abuela, que siempre le contaba historias fascinantes. Pero una noche, algo extraordinario ocurrió. La abuela de Mateo, con su voz suave y cálida, le dijo:
—Hoy te voy a contar una historia diferente, Mateo. Esta historia no solo te mantendrá atento, sino que, si la escuchas bien, podrás viajar a un mundo fantástico. ¿Te atreves?
Mateo, con los ojos llenos de curiosidad, asintió rápidamente.
—¡Claro, abuela! ¡Quiero escucharla!
La abuela sonrió y, con un brillo especial en los ojos, comenzó:
El Reino de los Colores Perdidos
Hace mucho, mucho tiempo, existía un reino llamado Coloría, donde todo era brillante y alegre. El cielo era de un azul tan intenso que parecía un océano, las flores tenían colores como el sol y los árboles se vestían con hojas de tonos dorados, verdes y morados. Era un lugar mágico, donde los colores daban vida y la alegría nunca faltaba.
Pero un día, algo extraño ocurrió. Un gran y oscuro viento sopló desde el norte, trayendo consigo algo que nadie en Coloría había visto nunca. El viento arrancó los colores de las flores, de los árboles, del cielo… ¡Todo quedó gris!
Los habitantes del reino, criaturas mágicas llamadas coloritos, se asustaron mucho. Había un pequeño colorito llamado Lino, que tenía el don de ver los colores más brillantes de todos. Lino era un colorito especial porque podía mezclar colores con su varita mágica y crear nuevos tonos de alegría. Pero ahora, al mirar a su alrededor, solo veía un mundo triste y gris.
—¡Ay no! —dijo Lino, mirando su varita mágica—. ¿Qué le ha pasado a Coloría? ¿Cómo devolveremos los colores?
Su abuela, la sabia Coloria, le dio una pista muy importante.
—Lino, solo hay una forma de recuperar los colores perdidos. Necesitarás viajar hasta el final del arcoíris, donde vive la Gran Flor de Colores. Ella tiene el poder de devolvernos los colores, pero no será fácil. El camino está lleno de desafíos.
Lino, aunque estaba asustado, decidió que tenía que intentarlo. Tomó su varita mágica, se puso su capa de estrella y salió en busca de la Gran Flor de Colores.
El camino hacia el arcoíris no era sencillo. Lino tuvo que cruzar el Bosque Susurrante, un lugar donde los árboles hablaban entre sí, contándose secretos y risas. Al principio, Lino tenía miedo de escuchar voces extrañas, pero luego se dio cuenta de que los árboles solo querían ayudarle.
—¿Adónde vas, pequeño colorito? —preguntó uno de los árboles con voz suave.
—Voy a encontrar la Gran Flor de Colores para devolver los colores a nuestro reino —respondió Lino con valentía.
—Para llegar, tendrás que cruzar el río de los Mil Colores. Recuerda, solo los que llevan el corazón lleno de colores podrán cruzarlo.
Lino asintió y continuó su camino, sin saber exactamente qué significaba eso, pero decidido a lograrlo. Cuando llegó al río de los Mil Colores, se sorprendió al ver que el agua brillaba con tonos de todos los colores del mundo. Pero, cuando intentó cruzarlo, el agua se detuvo.
—¿Tienes el corazón lleno de colores, pequeño? —preguntó la voz del río, que sonaba como una melodía tranquila.
Lino pensó en su hogar, en su familia, en todos los momentos felices que había vivido, y entonces su corazón comenzó a brillar con un color dorado, el color de la felicidad.
—¡Sí, lo tengo! —exclamó Lino.
El río se calmó y permitió que Lino cruzara, dejando que su varita mágica iluminara el camino. Cuando llegó al otro lado, vio una pequeña montaña y, en la cima, un gran arcoíris que brillaba con una luz dorada y mágica.
En la cima, esperándolo, estaba la Gran Flor de Colores. Ella era enorme, con pétalos de todos los colores del universo, y su perfume llenaba el aire de una dulzura infinita.
—Hola, pequeña flor —dijo Lino, acercándose con cautela—. He venido a pedirte ayuda para devolver los colores a nuestro reino.
La Gran Flor sonrió con ternura y dijo:
—Lino, he estado esperando por ti. El reino de Coloría necesita entender que los colores no son solo una belleza externa, sino que deben venir del corazón de todos. Si quieres que los colores regresen, debes compartir la magia del color con los demás.
Lino miró a su alrededor y vio cómo la flor desprendía una lluvia de colores brillantes, llenando el aire con una energía cálida.
—¡Lo entiendo! —exclamó Lino—. Los colores vienen de la bondad, el amor y la alegría. Voy a compartir esta magia con todos.
Con la ayuda de la Gran Flor, Lino regresó a Coloría y, usando su varita mágica, comenzó a pintar de nuevo el cielo, los árboles y las flores con colores brillantes. Los coloritos empezaron a ayudar, cada uno con su propio brillo único, y pronto el reino volvió a ser tan hermoso como antes.
Y así, Coloría volvió a ser el lugar lleno de magia y colores que todos conocían. Los habitantes aprendieron que los colores más hermosos no vienen de las cosas que vemos, sino de lo que llevamos en el corazón.
Cuando la abuela terminó la historia, Mateo la miró con los ojos muy abiertos, como si todavía estuviera viajando por el colorido reino de Coloría.
—Abuela, ¿crees que si cerramos los ojos y pensamos en cosas buenas, los colores vuelven? —preguntó Mateo, con una sonrisa curiosa.
La abuela acarició su cabeza y le respondió:
—Claro que sí, mi niño. Cada vez que pienses en algo bonito, un pedacito de color aparecerá en tu corazón. Y cuando compartas esos colores con los demás, el mundo será aún más brillante.
Mateo cerró los ojos, soñando con mundos llenos de colores, y se quedó dormido con una sonrisa en el rostro.
Y así termina esta historia fantástica, llena de magia, colores y lecciones de bondad. ¡Espero que hayas disfrutado del viaje al reino de los colores!
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Radhe – Autor de Cuentos Cortos
¡Hola! Soy Radhe, el creador de Cuentos Cortos, un espacio donde los cuentos cobran vida y las imaginaciones de los niños pueden volar. Me encanta escribir historias mágicas y divertidas que llenen de alegría a los pequeños lectores. Aquí encontrarás cuentos cortos y de antes de dormir en español, cada uno acompañado de un audiolibro y hermosas ilustraciones.
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