Había una vez, en un mundo lleno de magia y secretos, un lugar donde los sueños cobraban vida. Este lugar se llamaba El Reino de los Sueños Perdidos, un mundo escondido más allá de las estrellas, al que solo podían acceder aquellos que creían en la magia y en la aventura.
En un pequeño pueblo, vivían dos amigos inseparables: Sofía y Lucas. Sofía era curiosa, valiente y siempre dispuesta a descubrir nuevos misterios. Lucas, por otro lado, era un poco más reservado, pero su imaginación no tenía límites. Juntos, formaban un equipo perfecto para vivir las aventuras más emocionantes.
Una tarde, mientras jugaban cerca de un río cristalino, Sofía vio algo que brillaba entre las piedras. Al acercarse, descubrió un pequeño libro de tapa dorada. Estaba cubierto de polvo, como si hubiera estado allí por siglos, pero lo más curioso era que, en su portada, había un mapa antiguo.
“¡Mira, Lucas! Este libro tiene algo especial.” exclamó Sofía, con los ojos brillando de emoción.
Lucas, al ver el mapa, frunció el ceño. “Parece un mapa que lleva a algún lugar misterioso… ¿Dónde crees que nos llevará?”
“Vamos a descubrirlo“, respondió Sofía, que no podía resistir la tentación de embarcarse en una nueva aventura.
El Viaje al Reino de los Sueños Perdidos
El mapa los condujo por un camino oculto entre los árboles, donde el aire se volvía más fresco y las hojas crujían bajo sus pies. Después de caminar durante un buen rato, llegaron a una gran puerta de cristal que brillaba suavemente.
“¿Cómo abrimos esta puerta?” preguntó Lucas, mirando la puerta con cautela.
Sofía examinó el mapa y descubrió una inscripción secreta que decía: “Solo aquellos que creen en la magia pueden abrir la puerta.”
Sofía sonrió y, con mucha confianza, dijo: “Yo creo, Lucas. Yo creo en la magia.”
En ese momento, la puerta comenzó a brillar aún más fuerte, y se abrió lentamente, revelando un paisaje lleno de colores brillantes, árboles que flotaban en el aire y criaturas fantásticas que caminaban por los senderos. Habían llegado al Reino de los Sueños Perdidos.
“¡Increíble!” exclamó Lucas, con los ojos muy abiertos. “Esto parece sacado de un sueño.”
“Es aún más mágico de lo que imaginaba, Lucas. ¡Vamos a explorar!” dijo Sofía, comenzando a caminar por el camino de flores que se iluminaban con cada paso.
El Guardián del Bosque Mágico
A medida que avanzaban, llegaron a un gran bosque encantado, donde los árboles susurraban secretos al viento. De repente, un enorme león dorado apareció frente a ellos. Sus ojos brillaban como estrellas y su melena resplandecía como el sol.
“Bienvenidos al Reino de los Sueños Perdidos“, dijo el león con una voz profunda y suave. “Soy el Guardián de este bosque, y solo aquellos con un corazón puro pueden seguir adelante.”
Sofía y Lucas se miraron sorprendidos, pero Sofía se adelantó y respondió con valentía: “Tenemos un corazón puro y estamos listos para descubrir los secretos de este reino.”
El león los observó por un momento y luego sonrió. “Bien dicho, pequeños aventureros. Pero para seguir adelante, deberán resolver una adivinanza. Si lo logran, podrán cruzar el puente hacia el Valle de los Sueños.”
Sofía y Lucas se miraron, decididos a aceptar el desafío.
“Escuchen bien, la adivinanza es esta“, dijo el león, mientras su voz resonaba en el aire:
“Si me nombras, ya no existo. ¿Quién soy yo?”
Sofía pensó un momento, y luego dijo, con certeza: “¡El silencio!”
El león se inclinó ante ellos, impresionado por su rapidez. “¡Correcto! El silencio es la respuesta.” Y con un gesto de su pata, el león hizo que el puente de luz apareciera frente a ellos.
“Pueden seguir adelante, pero recuerden, el Reino de los Sueños está lleno de misterios. Solo quienes tengan el corazón abierto podrán verlos.”
El Valle de los Sueños
Sofía y Lucas cruzaron el puente de luz y llegaron al Valle de los Sueños, un lugar asombroso lleno de flores flotantes y nubes de colores. En el centro del valle, había un gigante reloj de arena que parecía marcar el tiempo de una forma diferente. Los granos de arena brillaban y flotaban lentamente hacia arriba.
“¿Qué es este lugar?” preguntó Lucas, maravillado.
“Este es el corazón del Reino de los Sueños Perdidos“, explicó una pequeña hada brillante que apareció frente a ellos. “El reloj de arena guarda todos los sueños olvidados, aquellos que fueron soñados por niños en todo el mundo.”
“¿Qué pasa con esos sueños?” preguntó Sofía, muy curiosa.
“Los sueños olvidados necesitan ser encontrados nuevamente para que puedan cumplir su propósito. Solo los más valientes pueden devolverlos a la realidad.” respondió el hada.
En ese momento, el reloj de arena comenzó a brillar aún más y una burbuja de sueño flotó hacia Sofía. Dentro de la burbuja, había un dragón diminuto que parecía perdido.
“Este es el sueño de un niño que olvidó su valentía.” explicó el hada. “Si lo devuelven a su mundo, el niño recordará su coraje.”
Sofía, con el corazón lleno de emoción, tomó la burbuja con cuidado. “Lo devolveremos.” dijo con determinación.
El Regreso a Casa
Al salir del Valle de los Sueños, Sofía y Lucas regresaron al portal que los había traído al Reino de los Sueños Perdidos. El hada les sonrió y les dijo: “Gracias por devolver este sueño. Ahora, recuerden siempre que el valor y la imaginación no tienen límites.”
Con la burbuja en sus manos, los dos amigos cruzaron el portal y regresaron a su hogar, justo cuando el sol comenzaba a ponerse.
“Fue una aventura increíble, Sofía. Creo que nunca olvidaré este lugar.” dijo Lucas, mirando al cielo estrellado.
“Yo tampoco. Y lo mejor es que ahora sé que los sueños, si los creemos con todo el corazón, siempre nos acompañarán.”
Y así, Sofía y Lucas se fueron a dormir, sabiendo que, en algún lugar más allá de las estrellas, el Reino de los Sueños Perdidos los esperaba para nuevas aventuras.
Moraleja:
Los sueños y la imaginación son poderosos, y siempre podemos encontrar magia y valentía si creemos en ellos. Las aventuras más fantásticas están esperando a ser descubiertas por aquellos que se atreven a soñar.
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Radhe – Autor de Cuentos Cortos
¡Hola! Soy Radhe, el creador de Cuentos Cortos, un espacio donde los cuentos cobran vida y las imaginaciones de los niños pueden volar. Me encanta escribir historias mágicas y divertidas que llenen de alegría a los pequeños lectores. Aquí encontrarás cuentos cortos y de antes de dormir en español, cada uno acompañado de un audiolibro y hermosas ilustraciones.
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