En un pequeño pueblo llamado Brillovalle, vivía una niña llamada Sofía. Tenía ocho años, ojos grandes y curiosos, y una sonrisa que iluminaba cualquier habitación. Aunque era muy alegre y amigable, había algo que la preocupaba: le tenía miedo a la oscuridad.
Todas las noches, cuando las luces de la casa se apagaban, Sofía imaginaba sombras misteriosas que se movían en las esquinas de su habitación. A veces pensaba que había monstruos escondidos debajo de su cama o en el armario. Aunque sus papás siempre le decían que no había nada que temer, el miedo seguía allí.
Una noche, mientras intentaba dormirse, escuchó un ruido suave cerca de la ventana. Era como un golpecito. Se cubrió la cabeza con las sábanas, pero su curiosidad fue más fuerte. Lentamente, asomó la cabeza y vio algo increíble: una pequeña luz flotando en el aire. Era una luciérnaga, pero no cualquier luciérnaga. Esta era más grande y brillaba con colores como el arcoíris.
La luciérnaga se acercó y, para sorpresa de Sofía, habló con una voz suave y amable:
—Hola, Sofía. Me llamo Lila. He venido a ayudarte con tus miedos.
Sofía abrió los ojos de par en par.
—¿Cómo sabes que tengo miedo?— preguntó, un poco nerviosa.
—Las luciérnagas como yo podemos sentir cuando alguien está asustado. Pero no te preocupes, porque juntos descubriremos que la oscuridad no es tan mala como parece.
Antes de que Sofía pudiera responder, Lila agitó sus pequeñas alas y dijo:
—Ven conmigo. Hay algo que quiero mostrarte.
De pronto, Sofía sintió que se hacía liviana como una pluma. La luciérnaga la llevó volando por la ventana y, en un abrir y cerrar de ojos, estaban en el bosque cercano al pueblo. Al principio, Sofía sintió un poco de miedo porque el bosque estaba oscuro, pero Lila brillaba tanto que todo a su alrededor se veía más tranquilo.
—Mira a tu alrededor— dijo Lila.
Sofía observó y empezó a notar cosas que nunca había visto. La oscuridad estaba llena de sonidos: el cricréo de los grillos, el ulular de un búho y el susurro del viento entre los árboles. Se dio cuenta de que no eran sonidos aterradores, sino parte de una música que hacía el bosque por la noche.
De repente, algo se movió entre los arbustos. Sofía se sobresaltó y se agarró a Lila.
—¿Qué es eso?— preguntó con voz temblorosa.
De los arbustos salió un pequeño erizo. Tenía ojos negros brillantes y una nariz redonda que olfateaba el aire.
—No tengas miedo— dijo Lila—. Es solo un erizo buscando comida. Muchas veces, lo que creemos que da miedo solo necesita que lo conozcamos mejor.
Sofía miró al erizo y sonrió. Él también pareció sonreír antes de desaparecer entre las hojas.
Luego, Lila llevó a Sofía a un claro donde el cielo estaba lleno de estrellas. Era como si millones de pequeñas luces estuvieran parpadeando sólo para ellas.
—¿Ves, Sofía? La oscuridad también guarda cosas hermosas— dijo Lila—. Si nunca te hubieras atrevido a venir aquí, no habrías visto estas estrellas.
Sofía suspiró, maravillada.
—Creo que empiezo a entender. La oscuridad no es algo malo. Solo es diferente.
—Exactamente— respondió Lila—. La valentía no significa no tener miedo. Significa enfrentarlo y descubrir que, a veces, lo que tememos no es tan aterrador como pensábamos.
Cuando Lila llevó a Sofía de vuelta a su habitación, la niña ya no sentía el mismo miedo de antes. Se acostó en su cama y miró las sombras de su cuarto con curiosidad, en lugar de temor.
—Gracias, Lila— dijo Sofía mientras cerraba los ojos.
La luciérnaga brilló una última vez antes de desaparecer por la ventana.
Desde esa noche, cada vez que Sofía sentía miedo, recordaba su aventura con Lila y las estrellas. Aprendió que la valentía estaba en su corazón y que, con un poco de curiosidad, podía transformar sus miedos en descubrimientos maravillosos.
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Radhe – Autor de Cuentos Cortos
¡Hola! Soy Radhe, el creador de Cuentos Cortos, un espacio donde los cuentos cobran vida y las imaginaciones de los niños pueden volar. Me encanta escribir historias mágicas y divertidas que llenen de alegría a los pequeños lectores. Aquí encontrarás cuentos cortos y de antes de dormir en español, cada uno acompañado de un audiolibro y hermosas ilustraciones.
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